17/10/2023
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Emigrar para ira trabajar al extranjero puede suceder de varias formas y todas dependen de lo que buscas al momento de dejar tu lugar y emprender el viaje. En mi caso, Qaracter me dio la oportunidad de expandirme profesionalmente y llevar mi trabajo en Argentina. Así fue como hace más de un año y medio, tomé mi primer vuelo hacia mi nuevo país de residencia.
Llegué en noviembre del año 2021. La decisión no fue difícil, ya que la posibilidad de mi traslado existía hace 4 meses, y ya estaban las ganas de emprender este nuevo camino. Hoy en día, existe la idea de que irse fuera de tu país a trabajar o estudiar es una gran oportunidad para crecer, aprender y desarrollarte desde una perspectiva diferente a la habitual o convencional, y no quería perderme la experiencia. Después de varios meses viviendo fuera, confirmo esa creencia.
Comencé liderando un proyecto, con un equipo de 5 personas más en el que fui creciendo personal y profesionalmente. Esta experiencia puso en práctica mi capacidad de adaptación a situaciones nuevas y desconocidas, mejorando mis soft skills y llegando a liderar, actualmente, al equipo a nivel global. Las ganas, energía y esfuerzo que puse ayudaron para que esto sucediera, pero, sin duda, mi equipo de trabajo, junto con las oportunidades y el espacio que la empresa me brindó, fueron la clave de todo el desenlace.
No todo fue un camino de rosas. Estar lejos de tu familia y tus seres queridos, adaptarte a otra cultura, o incluso a otro idioma, es algo complicado. Argentina, aparentemente, habla el mismo idioma que nosotros, pero la realidad es que todo es muy diferente: palabras, expresiones, formas de comunicarse, incluso formas de ser, etc. Al final, fui encontrando mi lugar aquí hasta llegar al punto de no querer volver. Todo esto fue motivado, además de por el reto profesional que tenía delante, por la gente de este país. La cultura aquí te invita a compartir en todo momento. Están abiertos a darte todo sin conocerte de nada y sin pedir nada a cambio. Además, conocí lugares increíbles como los Glaciares, las Cataratas del Iguazú, Bariloche o los viñedos de Mendoza.
Volviendo a la experiencia laboral de trabajar en un país extranjero, algunas situaciones pueden ser un poco estresantes o difíciles de manejar, como la diferencia horaria con el país de origen de tu empresa, o incluso del proyecto para el que trabajes. Además, el ritmo de trabajo varía mucho con los países, ya que las costumbres de cada lugar se van introduciendo en todos los ámbitos. Es un desafío muy grande poder equilibrar ambas situaciones, pero, cuando empiezas a disfrutar del lugar en dónde estás y confirmas tu decisión, todo se va acomodando.
Sin duda, trabajar en el extranjero es una práctica emocionante y desafiante al mismo tiempo. Mi experiencia fue muy enriquecedora y animo, con los ojos cerrados, a vivir esta experiencia a cualquier persona que tenga la oportunidad.
María Gavilán Punta
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